“El escenario es el altar para la memoria, ya que esté es el
lugar donde se puede construir la realidad…”
Kantor
El des-montaje
Se trata entonces de
construir una puesta en escena que, desde la negación misma de la
representación, aborde las muertes violentas que se dan en nuestro país y que
se descubren, remitiéndonos a los arquetipos, en una suerte de fratricidio
ancestral que soportamos estoicamente y que rara vez tramitamos en forma
creativa.
La idea de tramitar
la muerte es un asunto del arte que se erige como posibilidad de expiación de
la forma más extrema de violencia y que va más allá del conteo de cadáveres y
de la denuncia.
Es así como los
actores van desarrollando una serie de acciones físicas, propuestas a partir de
testimonios de víctimas de la violencia reciente en Colombia, para reivindicar
la memoria. En
la pieza se transponen las palabras y los hechos de los testimonios en
movimientos a través del cuerpo de los ejecutantes en relación con objetos como
acuarios, ladrillos, espejos, platos, entre otros, que hacen parte del espacio
escenográfico; también entra en juego con la imagen a través del video y el
sonido como presencia que se transforma durante la acción